El monstruo del lago Ness es una de las leyendas más antiguas de Escocia. Además de inspirar libros, programas de televisión y películas, ha creado una importante industria turística a su alrededor.
La historia del monstruo se remonta al año 565, cuando se cree que el misionero irlandés Columba de Iona se encontró con una bestia en el río Ness.
Más tarde, en 1933, el periódico The Inverness Courier se hizo eco del avistamiento de lo que se creía era Nessie. El artículo describía una criatura parecida a una ballena y el agua del lago "agitada y en cascada".
El editor de la época, Evan Barron, sugirió que la criatura se describiera como un "monstruo", iniciando el mito moderno del monstruo del lago Ness.
En 1934, el cirujano británico Robert Wilson aseguró que había tomado una fotografía del monstruo mientras conducía por la costa del lago.
Conocida como la "Fotografía del cirujano", 60 años después se confirmó como un engaño tramado como venganza después de que un periódico ridiculizara a la periodista Marmaduke Wetherell por haber encontrado "huellas de Nessie" en la orilla.
El "monstruo" captado por su cámara era aparentemente un submarino de juguete con una cabeza hecha de masilla de madera.
Algunas teorías explicativas sobre el monstruo apuntaron en el pasado incluso a elefantes de circo bañándose en el lago.
Una investigación del panteontólogo Neil Clark descubrió que las ferias eran comunes en la zona de Inverness, sobre todo desde inicios de la década de 1930.
Según Clark, a los elefantes se les permitía nadar en el lago cuando los circos ambulantes realizaban paradas en sus viajes para que los animales descansaran.
Otra teoría es que los avistamientos del supuesto monstruo se deben realmente a grandes ramas caídas sobre el lago y que flotan en su superficie.
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